*El Engaño Funerario: Cuando el Dolor se Convierte en un Lucrativo Negocio
El momento de perder a un ser querido es, sin duda, uno de los más difíciles que se pueden experimentar.
En medio de esa tristeza, las decisiones que deben tomarse sobre los arreglos funerarios deberían ser sencillas y claras.
Sin embargo, la realidad que enfrentan muchas familias es muy distinta, donde lo que debería ser un proceso respetuoso y empático se transforma en una experiencia de manipulación y abuso económico por parte de las funerarias.
Consideremos el siguiente escenario de un doliente: se adquiere con anticipación un paquete funerario, en este caso, por 11 mil pesos, que incluye la velación en casa.
El propósito de comprarlo con tiempo es aliviar el peso económico cuando llegue el momento.
Pero cuando se decide cambiar el lugar de velación a la funeraria, cuyo costo es de 13 mil pesos, la lógica nos dice que la diferencia a pagar debería ser de 2 mil pesos.
Sin embargo, el representante de la funeraria informa que no es así.
Para poder velar en la funeraria, se debe pagar una diferencia de 10 mil pesos, lo que elevaría el costo total a 21 mil pesos.
¿Cómo puede ser esto posible?
La respuesta a esa pregunta es frustrante y revela una práctica desleal que lamentablemente es común en muchas funerarias.
A pesar de haber pagado 11 mil pesos por un paquete funerario con anticipación, se exige un pago adicional desmesurado de 10 mil pesos, lo que anula cualquier ahorro que se esperaba al adquirir el paquete por adelantado.
En lugar de simplemente pagar la diferencia lógica de 2 mil pesos para cambiar la velación a la funeraria, el cliente se ve obligado a asumir un costo total que no tiene sentido alguno: 21 mil pesos, una cifra que está muy por encima del precio inicial del paquete que ofrecía velar en casa.
Además, el abuso no se detiene ahí.
En este caso, la caja inicialmente adquirida era grande, adecuada para un adulto, pero al tratarse de la velación de un infante, se requería una caja más pequeña.
A pesar de esta diferencia evidente en tamaño, las funerarias insisten en que el costo es el mismo, sin reflejar la realidad de que una caja más pequeña debería ser menos costosa.
Esta práctica sólo añade otra capa de injusticia a un proceso ya de por sí doloroso.
Este tipo de situaciones expone cómo las funerarias, lejos de ofrecer un servicio humano y sensible, aprovechan la vulnerabilidad de las familias en duelo para maximizar sus ganancias.
Lo que debería ser un servicio de apoyo y consuelo se convierte en un negocio frío y calculado, donde la empatía parece no tener lugar.
Es crucial que las familias estén conscientes de estas prácticas y exijan transparencia y respeto.
Es inaceptable que se juegue con el dolor ajeno para obtener beneficios económicos desmesurados.
Comprar un paquete funerario con anticipación debería significar seguridad y ahorro, no una trampa financiera en la que se termina pagando mucho más de lo esperado.
Las funerarias deben ser responsables y transparentes en sus prácticas, respetando los acuerdos iniciales y asegurando que los precios sean justos y claros.
Sólo así se podrá restaurar la confianza en una industria que, en los momentos más difíciles de la vida, debería ser un pilar de apoyo, no una fuente adicional de angustia.
(Información con documentos)