*El paro en la UAS: ¿Intereses políticos disfrazados de lucha estudiantil?
Este próximo lunes 7 de octubre, la Universidad Autónoma de Sinaloa se verá afectada por un paro de labores indefinido que, una vez más, pone en jaque el derecho de miles de estudiantes a continuar sus estudios.
La convocatoria de este paro no proviene de los propios alumnos, sino de una serie de intereses políticos que han tomado la Universidad como su campo de batalla, dejando de lado las necesidades y aspiraciones de los estudiantes.
A nivel estatal, jóvenes de Preparatoria y Universidad están siendo obligados a detener su formación académica, sacrificando tiempo valioso que no recuperarán.
Esta interrupción no solo frena su aprendizaje, sino que también podría comprometer la culminación de sus estudios en los tiempos establecidos.
¿Quién está realmente detrás de esta decisión?
Es evidente que el paro no responde a una genuina preocupación por la educación, sino a una serie de conflictos entre las autoridades universitarias y ciertos grupos políticos que buscan controlar la institución. Mientras estos actores luchan por imponer su influencia, los estudiantes se convierten en víctimas silenciosas de una guerra que no pidieron ni les beneficia.
En la convocatoria que circula entre los estudiantes, se hace un llamado a manifestar su inconformidad bajo consignas como “Conflictos políticos, fuera de las aulas” y “Nuestro derecho a estudiar no puede ser negado”.
Estas palabras reflejan una verdad innegable: los verdaderos afectados son los estudiantes, quienes no deberían ser peones en un juego de poder.
El paro indefinido ha sido disfrazado de una medida en favor de la Universidad, pero los intereses políticos detrás de este movimiento son evidentes.
La comunidad estudiantil está siendo utilizada como escudo por quienes intentan desestabilizar a la UAS y beneficiarse a costa de miles de jóvenes que solo quieren estudiar y avanzar en su formación.
Es hora de que las autoridades universitarias y gubernamentales tomen cartas en el asunto y dejen de permitir que los conflictos de poder trunquen los sueños de los estudiantes.
Si los problemas internos de la UAS requieren soluciones, estas deben buscarse sin afectar a quienes dependen de la universidad para construir su futuro.
Este paro es una demostración más de cómo los intereses políticos se infiltran en las instituciones educativas, afectando no solo su funcionamiento, sino también el bienestar de la comunidad estudiantil.
Los estudiantes de la UAS no deberían tener que cargar con el peso de estos conflictos. ¿Hasta cuándo se priorizarán sus necesidades y se les permitirá estudiar en paz?