MADRID/ La Jornada.- Con gritos de “asesino”, “criminal”, “sinvergüenza” y “Mazón a prisión”, entre otros, miles de personas se manifestaron en el centro de Valencia para denunciar la gestión de la crisis provocada por las lluvias torrenciales por parte del presidente del gobierno autonómico valenciano, el derechista Carlos Mazón.
La protesta, convocada por plataformas y asociaciones de la izquierda y el nacionalismo de la región, transcurrió en silencio, sólo roto por las decenas de ciudadanos que exigieron a todo pulmón la dimisión de Mazón y sus principales colaboradores, a los que también tildaron de “ineptos” e “incompetentes”.
Durante la marcha también se escucharon algunas críticas a la actuación del Ejecutivo español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, con gritos como “Sánchez y Mazón, la misma mierda son”, ya que según numerosos damnificados de las lluvias torrenciales el mandatario español no movilizó a tiempo a los efectivos del Ejército especializados en tareas de emergencias y rescate.
Por señal de duelo y respeto a los familiares y personas que han perdido a algún ser querido y sigue en búsqueda de saber su paradero, las asociaciones que convocaron la manifestación pidieron a los asistentes que se marchara en silencio y sin que al final de la concentración se realizaran discursos políticos.
El único mensaje nítido y rotundo que querían expresar era de la dimisión inmediata del máximo responsable en la región de la gestión de la crisis, el derechista Carlos Mazón, quien el mismo día de las lluvias torrenciales llegó más de dos horas tarde a la reunión del comité de crisis y emergencia y que ha dado varias versiones sobre asuntos tan sensibles y vitales como la activación de las alertas y la movilización de los equipos de emergencia.
Pero finalmente el silencio se transformó en gritos de ira y repulsa y en silbidos constantes y sonoros contra los responsables de la gestión de la crisis, sobre todo contra las autoridades autonómicas.
La DANA del martes 29 de octubre en el sureste español, sobre todo en Valencia, es uno de los peores desastres naturales en la historia del país, con un saldo provisional de 220 personas fallecidas -de las cuales 212 fueron en Valencia- y más de 36 mil 500 personas rescatadas.
Además todavía hay en paradero desconocido 50 personas y alrededor de 71 pueblos afectados por las lluvias torrenciales, en los que viven 845 mil personas, lo que representa un 31,8 por ciento de la población de la comunidad autónoma.