CIUDAD DE MÉXICO/ La Jornada.- El Banco de México (BdeM) decidió, por cuarta ocasión consecutiva, disminuir su tasa de interés de referencia, en esta ocasión determinó por unanimidad recortarla en un cuarto de punto porcentual para que termine el año en 10 por ciento. No obstante, advirtió que las amenazas arancelarias de Donald Trump comienzan a añadir incertidumbre en las previsiones.
La junta de gobierno del banco central resaltó que este movimiento se da en un contexto en el que la inflación general se redujo de 4.76 a 4.55 por ciento entre octubre y noviembre.
Además, indicó que las expectativas de inflación para el cierre de 2024 se redujeron, mientras que las expectativas de cierre de 2025 y las de mayor plazo permanecieron relativamente estables en niveles por encima de la meta.
“Se continúa esperando que las inflaciones general y subyacente presenten una tendencia a la baja hacia delante. Sin embargo, considerando una mayor persistencia en la inflación de servicios, dichos pronósticos se revisaron al alza. Se espera que la inflación general se reduzca a la meta en el tercer trimestre de 2026”, apuntó.
El BdeM advirtió que la posibilidad de que se implementen aranceles a las importaciones de Estados Unidos provenientes de México ha añadido incertidumbre a las previsiones. Por lo que su materialización podría implicar presiones sobre la inflación.
Entre los riesgos al alza para la inflación destacan la persistencia de la inflación subyacente; mayor depreciación cambiaria; mayores presiones de costos; afectaciones climáticas y disrupciones por conflictos geopolíticos o políticas comerciales. A la baja: una actividad económica menor a la anticipada; un menor traspaso de algunas presiones de costos; y que el efecto de la depreciación cambiaria sobre la inflación sea menor al anticipado.
“Se considera que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza. Sin embargo, el panorama inflacionario ha venido mejorando, luego de los profundos choques ocasionados por la pandemia y la guerra en Ucrania”, señaló el banco central.
Destacó que, si bien el panorama inflacionario aún amerita una postura restrictiva, su evolución implica que es adecuado continuar con el ciclo de recortes y reducir el grado de apretamiento monetario.
Hacia delante el banco central prevé que el entorno inflacionario permita seguir reduciendo la tasa de referencia. Además, indicó que ante el avance en la desinflación podrían considerarse en algunas reuniones ajustes a la baja de una mayor magnitud, si bien manteniendo una postura restrictiva.
Hizo énfasis en que tomará en cuenta la perspectiva de que los choques globales continuarán desvaneciéndose y los efectos de la debilidad de la actividad económica. También considerará la incidencia de la postura monetaria restrictiva que se ha mantenido y la que siga imperando sobre la evolución de la inflación a lo largo del horizonte en el que opera la política monetaria.