*DESCONTROL INMOBILIARIO EN MAZATLÁN: ENTRE LA PREVENTA Y LOS PROYECTOS A MEDIO CONSTRUIR
Desde que la ciudad se convirtió en el punto de moda para inversionistas, el fenómeno de la preventa se ha expandido como la fiebre, atrayendo a quienes buscan adquirir su propiedad a precios bajos y con la ilusión de rentabilidad.
Sin embargo, tras la fachada brillante de nuevos desarrollos, se esconde una realidad amarga: proyectos inconclusos y desarrolladoras que, lejos de cumplir, se olvidan de las promesas hechas a sus compradores.
El auge comenzó a notarse cuando se empezó en otorgar permisos de construcción a un ritmo frenético, con el objetivo de aprovechar la demanda del creciente mercado turístico y residencial.
Sin embargo, la prisa por capitalizar el boom dejó de lado importantes protocolos de supervisión, lo que ha permitido que algunas inmobiliarias operen con total impunidad.
Un caso que resuena con fuerza es el de la Torre Triana. Con más de 25 inversionistas que depositaron sus ahorros y sueños en este proyecto desde 2017, la torre sigue en el limbo: construida solo en parte, sin entrega de departamentos y con promesas que se han desvanecido en el aire.
Esta situación se ha convertido en símbolo del peligro que implica confiar ciegamente en la preventa, cuando detrás de cada contrato se esconde la posibilidad de una estafa millonaria.
La narrativa en Mazatlán no es única: se han visto desarrollos donde la rapidez en los permisos y la falta de controles han generado proyectos a medio construir, dejando a familias enteras y a inversionistas con la amarga sensación de haber sido engañados.
La ciudad, que brilla por su potencial y modernización, se enfrenta a la dura realidad de que el crecimiento sin reglas claras favorece a quienes buscan lucrarse a expensas de la buena fe de la ciudadanía.
Estos casos de preventa y proyectos como Torre Triana exponen una problemática mayor: el descontrol en la entrega de permisos y la permisividad en el sector inmobiliario, que ha permitido que algunos desarrolladores prioricen las ganancias rápidas sobre la responsabilidad y el compromiso con sus clientes.
La ilusión de tener una propiedad a precios atractivos se transforma en una pesadilla cuando la obra se detiene y el dinero invertido se convierte en un eco distante de promesas incumplidas.
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